Berlín y su natural abandono. El indiscreto encanto de las ruinas
ARTÍCULO PUBLICADO EN BERLÍN AMATEURS, COMPROBAR AQUÍ
En Berlín hay cosas abandonadas en cualquier punto de la ciudad. Edificios, botellas, muebles, personas. Todo vive su progreso, ascensión y declive. Hasta el triunfo y vuelta al fracaso. Esa caída… La decrepitud de la supervivencia, no sólo humaniza a los personajes literarios, a las celebrities e incluso a las personas, sino también a la arquitectura, hermanándonos, de alguna manera, con ella. ¿Hay alguien ahí…? Siempre hay un agujero en todas las alambradas que todavía no ha sido zurcido. Ruinas, historia, arqueología. Porque nos gusta la decadencia y nos encanta lo que viene después. Sin una formación especial, pero con un gran interés puesto en la topología de la ciudad y en la subversión, nos hemos convertido en arqueólogos urbanos posmodernos. Sólo armados de curiosidad y osadía. Y quizá una cámara.
Te llevamos pues por algunos de los lugares abandonados más fascinantes de Berlín, y es que la exploración urbana –también llamada urbex–, nos deja entrever la otra cara de Berlín, la que refleja silenciosamente su historia reciente:
Embajada de Irak
Cuando los diplomáticos la abandonaron en enero de 1991, la desolación llegó aquí con planes de quedarse. ¡Sálvese quien pueda!, podría haber sido el grito previo a la evacuación. Pero no estamos en Chernobil, aunque le encontremos parecido aun sin haber estado allí jamás. ¿Algún toque de queda sorprendió desprevenidos a los usuarios de este edificio? Tampoco. Tiene mucho de casa encantada. O eso es lo que nos gustaría. Ese romántico aire fantasmagórico del que uno siempre espera una experiencia trascendental. Nos vale una aparición estelar de Sadam Hussein. Telex, teléfonos, máquinas de escribir, sillones roídos, neveras vacías, baños de los que todavía cuelga algún rollo de papel, documentos que quizá supusieran alguna importancia vital en las relaciones internacionales de un país. Lo más conmovedor y novelesco son las cortinas colgando todavía de los rieles. También ruidos: sólo jóvenes modernos en busca de más adrenalina en un paraíso ya idealizado por fotógrafos, realizadores de cine, artistas y prototipos underground.
Edificio construido en 1974 en Pankow –epicentro de los cuarteles diplomáticos de la RDA-, otro estandarte de la arquitectura comunista, sirvió como base de las turbias operaciones -que incluye la detención en 1980 de dos miembros de esta embajada con una maleta cargada de explosivos- que Irak desarrollaba en Berlín oeste. Cualquier diplomático del este podía pasar la frontera sin problema. Irak gozaba de buenas relaciones con la RDA; fue el primer país no socialista en reconocer la soberanía nacional de la RDA en 1969. Incluso Sadam Hussein invitó a Erich Honecker a Irak en 1980 para discutir, según se especuló, sobre temas de armamento. Algo que ver con las armas biológicas, químicas y masivas. El escándalo con mayúsculas se desató cuando descubrieron que en esta embajada se ocultaba una generosa cantidad de armamento y explosivos, noticia confirmada por el Ministerio del Interior Alemán en 1990, en los albores de la reunificación alemana y de la Guerra del Golfo, con la invasión de Irak en Kuwait ya en los periódicos de medio planeta. En enero de 1991, la Alemania unida ordenó el desalojo de las instalaciones.Tschaikowskistrasse 51, Pankow
Bärenquell Brauerei
En lo que queda de esta antigua cervecería, no encontraremos ninguna cerveza. Una pena. Bärenquell, era junto con Berliner Pilsner, Berliner Kindl y Schultheiss, una de las cuatro cervezas míticas del Berlín de la RDA que no pudo sobrevivir a los embates de la competencia nach der Wende. Cerró sus puertas y suspendió la producción en abril de 1994, dando por concluido un trabajo exhaustivo que duraba ya 112 años. Abrió como Borussia Brauerei en 1882 para ser absorbida en 1898 por Schultheiss AG. Durante la RDA el estado asumió el control de la empresa y fue rebautizada como VEB Bärenquell (Volkseigener Betrieb).
Entrar es muy fácil. Cualquier ventana rota junto a un lateral de la entrada principal nos vale. Un gran neumático fuera y otro dentro, sirven de escalera y amortiguan el proceso. Maschinenhaus es el edificio principal junto a muchos otros adyacentes. Tanques y cubas donde la cerveza era fabricada y almacenada. O eso es lo que parece. No hay vestigios de cerveza casi en ninguna parte. Algunas botellas desnudas, rotas y vacías sin el precinto de la marca. Un espacio inanimado, sordo y mudo. Sólo pistas que no satisfacen nuestra inquisitiva curiosidad inquieta. Máquinas extrañas con botones de colores pastel: rosa y celeste. Cristales rotos, techos desplomados, escaleras endebles, ventanas agrietadas. Muchos agujeros negros en los que se intuye amplias estancias y profunda negrura, no invitan precisamente a la exploración. Se supone que el edificio está protegido como monumento histórico a la espera de un nuevo uso tras un espinoso proceso de renovación y saneamiento.Schnellerstraße 137, Schöneweide
Fábrica de cigarrillos
El imperio de los cigarrillos de Berlín Pankow o la destrucción de una empresa familiar. Otro sitio con necesidad de ser redescubierto, descrito, fotografiado, invadido antes de que la reconversión en apartamentos se dé por finalizada. Sin rastro del turbulento pasado, aquí ocurre lo mismo que en Bärenquell: hay que imaginarse la maquinaria y la materia prima que falta. ¿Qué esperábamos? Como buen imperio, la fábrica contaba con comedor, sala de descanso, baños, lavandería, biblioteca, club deportivo e incluso editaba su propio noticiario. Antes de la Primera Guerra Mundial, tenía sucursales en otras ciudades europeas. Se exportaba tabaco Garbáty a América, Asia y Rusia. Sus carteles de promoción eran muy populares. Garbáty fue también cofundador del orfanato judío Jüdisches Waisenhaus.
La producción de tabaco fue iniciada por Josef Garbáty-Rosenthal y su mujer en 1879. Dos años después abrieron una fábrica en Schönhauser Allee, mudándose a Berliner Strasse en 1906 alcanzando los 1000 empleados en 1918. La marca de tabaco era falsamente muy exótica: Königin von Saba (La Reina de Saba). Ya en manos de la empresa Reemtsma, aunque dirigida por los vástagos de Josef, el negocio fue etiquetado por los nazis como una empresa puramente judía y perseguida por la Gestapo. Su producción se vio perjudicada. Tuvieron que vender en 1938 por un valor muy por debajo del real al consorcio de Colonia Jacob-Koerfers que mantenía conexiones con el régimen. Era la víspera de la Noche de los Cristales Rotos. Parte de la familia huyó. Moritz Garbáty emigró con su prole a Nueva York en 1939.
La calidad del tabaco Garbáty menguó en los años cuarenta. Más tarde, la propiedad de la empresa pasó a los dominios estatales de la RDA y producía marcas como Club, Cabinet y Karo. Poco antes de la caída del muro contaba con 500 trabajadores. Tras la reunificación, la producción decayó hasta cesar definitivamente en septiembre de 1991. En 1995 la fábrica fue finalmente cerrada. El mobiliario y la maquinaria fueron vendidos. El resto, pronto será apartamentos. Garbátyplatz, honra en la zona el nombre de la familia.Berliner Strasse 120, Pankow
Heilsttäten-Beelitz
Complejo hospitalario para el tratamiento de la tuberculosis. Este sanatorio abandonado se encuentra en Beelitz, al sur de Potsdam. No es exactamente Berlín, pero se accede fácilmente desde allí. La mitad de sus instalaciones sigue abandonada. La otra, ha sido reconvertida en centro de neurología. Aunque han reforzado la vigilancia para evitar degradaciones mayores, todavía es posible acceder al interior. ¿Pero de qué degradación hablamos? Sin ánimo de hacer apología del vandalismo: ¿No imprime la huella de cada cual mayor atractivo a estos sitios? Entre sus pasillos interminables, paredes con la pintura descascarillada, salas desoladas llenas de hojas secas, cristales en cualquier parte y ventanas rotas, se han rodado escenas de películas como El Pianista (2002, Roman Polanski).
En 1894 las autoridades estatales sanitarias invirtieron aquí en la construcción de novedosas instalaciones hospitalarias para combatir la tuberculosis con los medios más modernos. La industrialización del país, la falta de higiene y unas condiciones de trabajo difíciles de empeorar, incidían en el aumento de los enfermos, muchos de tuberculosis. Beelitz era la clínica más grande de las 60 que se construyeron en Alemania en el primer tercio del siglo XX. Este centro también sirvió de Hospital de la Cruz Roja, además de haber sido convertido en 1945 en Hospital Militar Soviético. En 1994 las instalaciones volvieron a las manos de su propietario: el Landesversicherungsanstalt Berlin (LVA). Fue vendido más tarde al grupo Roland Ernst, a la espera de un siguiente destino o destinatario.
www.heilstaetten.beelitz-online.de
Teufelsberg
La colina del diablo es sólo una montaña de escombros de los que hace ya algún tiempo que brotó la naturaleza. Un monte artificial con árboles de verdad. Lonas deliberadamente rotas y enloquecidas dan latigazos aleatorios enardecidos, animadas por la euforia contagiosa del viento. ¿Es aquello un observatorio astrofísico? ¡No! Tal vez una estación espacial terrestre desvanecida del cielo, desprendida del firmamento con gracia, como el asteroide perfecto. Tampoco. No es más que un paraíso de vándalos, de graffiteros, de cámaras digitales hambrientas de encuadres apetecibles con los que alimentar Facebook, de fanáticos del senderismo y de amantes de la mountain bike, de parejas en busca del insuperable paseo romántico del domingo.
Teufelsberg continúa desnudo, destartalado y sin adornos. Otra reliquia excéntrica del pasado dividido de Berlín. El vandalismo lo ha convertido en un lugar en medio de la naturaleza con mucho magnetismo y hechizo suburbano. Domina desde lo alto el bosque Grunewald. Los aliados usaron esta superficie para depositar los escombros de unos 400.000 edificios. Esto a su vez enterraba una escuela militar técnica dinamitada sin demasiado éxito. En los años 60, incluso se creó un pequeño centro de esquí que más tarde desapareció, pues entorpecía los radares de la National Security Agency americana (NSA). La NSA habilitó aquí un centro de escuchas como servicio de inteligencia y espionaje que operó hasta la caída de la RDA. Lo que queda de la NSA, es lo que encontramos hoy en Teufelsberg. Visitas legales y guiadas previo registro llamando al 80403390.Teufelsbergchaussee
Spreepark
Considerado durante algún tiempo uno de esos estandartes, símbolo de la cultura underground berlinesa reservado sólo a unos pocos, en este parque de atracciones, mito de la RDA, sus propietarios han sido listos. La organización de visitas guiadas por sus instalaciones abandonadas, descuidadas y espectrales, es una forma astuta de escatimar rentabilidad a algo netamente inservible. Cerrado por insolvencia en 2001. Reabierto en 2009 con el propósito de rentabilizar lo imposible. Ya no es necesario infiltrarse furtivamente en Spreepark; ahora se puede pasar por taquilla. Antes de su declive y total desplome, este parque de atracciones abandonado en Plänterwald, Treptow-Köpenick, fue primero inaugurado en 1969 como obsequio de la RDA para conmemorar los 20 años de la fundación de la república comunista. El único parque de atracciones de la RDA llegó a registrar 1,5 millones de visitas al año. Era un lugar de afluencia masiva.
Sin embargo, la acumulación de deudas, conexiones pésimas de transporte para llegar al parque, la reducción de la superficie y la falta de aparcamiento en la zona, mermaron las visitas. Spreepark es hoy un conjunto de barcas varadas en la hierba, dinosaurios de cartón piedra tatuados con grafittis, una noria de 40m de altura (la gran atracción) completamente carcomida por el óxido, 36 góndolas roídas en forma de cisne, y unos 30 carruseles de todo tipo, eso sí, en las últimas. Entre ellos ha crecido el musgo y la vegetación; ha proliferado la herrumbre y se han multiplicado las telarañas. Se especula sobre su reapertura, sin embargo, el futuro de Spreepark es tan incierto como el nuestro.
No Comments