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“Tresor 31: Techno, Berlin und die große Freiheit” consta de una serie de conciertos, noches de clubbing y una exposición que hasta el 28 de agosto celebra y reflexiona sobre las últimas tres décadas de evolución musical, cambio social y desarrollo de la capital alemana transcurridas desde la apertura del club Tresor en 1991.

Tresor y Berlín, la capital europea del techno

El club Tresor, que desempeñó un papel decisivo en la conversión de Berlín en la capital europea –para muchos, mundial– del techno, festeja ahora su 31.º aniversario, pospuesto debido al coronavirus. La cultura techno en Berlín no surgió por sí misma, sino a través de una conexión con Detroit. Hace ya más de 30 años que se fundó un club de música techno en la cámara acorazada de los antiguos almacenes Wertheim, que se ubicaban en Leipziger Straße 126a.

Todo sucedió poco después de la caída del Muro, cuando Berlín Oriental parecía un inmenso laboratorio de aventuras y experimentación, y este nuevo sonido procedente de Detroit forjó su segundo hogar en el Tresor. Era la novedad en Berlín en aquel entonces y este club se convirtió en el centro neurálgico del fenómeno techno. Tresor siempre ha destacado la importancia del eje Detroit-Berlín; los precursores del techno de Detroit incluso fueron también las primeras grandes estrellas del club, con Jeff Mills y Blake Baxter a la cabeza. El Tresor fundó pronto su propio sello, en el que se editarían muchos clásicos del género.

En aquella época, todo Berlín era un espacio libre. Aquí se reunieron personas con el potencial y el impulso de crear algo nuevo, algo sin precedentes. Y encontraron sus propios espacios libres en todos los edificios y salas vacías en los que podían probar y experimentar. La situación única desde el punto de vista político que se vivió en Berlín tras la caída del Muro (áreas desocupadas, escasa presión económica, gran tolerancia y buena voluntad oficial) supuso un golpe de suerte histórico que no va a repetirse, pero que sirvió de hervidero para que la agitación cultural berlinesa de principios de los 90 desarrollara ideas y proyectos innovadores y configurara lo que la ciudad es hoy (o era hasta hace unos años; los precios no paran de aumentar) con su potente cultura de club y su vinculación al arte y la creatividad.

Tresor 31: exposición, noches de clubbing y lives

La exposición sitúa la historia de Tresor en el contexto de los rápidos cambios sociales que se han producido desde que el legendario club berlinés abriera sus puertas en 1991 en una antigua cámara acorazada de la Leipziger Straße, al mismo tiempo que explica la escena techno del club y su red subcultural mundial. Las condiciones históricas específicas asociadas a la caída del Muro generaron las circunstancias externas para que este movimiento prorrumpiera en ese lugar y en ese momento. La exposición examina el sinuoso viaje de Tresor en su contexto, desde su prehistoria en las inusuales condiciones económicas y sociales de Berlín Occidental hasta su transición a la capital cosmopolita de la actualidad.

En el plano musical, “Tresor 31: techno, Berlín y la gran libertad” abarca 20 noches de club en Tresor, Globus y OHM, y más de ocho conciertos en Kraftwerk Berlin, sede del club desde 2005. Las actuaciones en directo engloban a artistas afiliados a Tresor, como Detroit in Effect y Surgeon, y shows exclusivos como el debut de Blackhaine en Berlín, Voices From the Lake, Giant Swan, Aho Ssan & KMRU. También acoge sesiones de DJ y directos de más de 150 artistas; entre ellos, Antenes, RP Boo, Simo Cell, Helena Hauff, Jensen Interceptor, Yazzus y Moritz von Oswald.

Tresor 31, contenido de la muestra

Esta experiencia inmersiva con audioguía obligatoria de voces en off y música en las instalaciones de Kraftwerk Berlin conduce al visitante a través de vídeos, esculturas, objetos de archivo y fotografías. De esta manera se explora la historia que favoreció la incursión del techno en Berlín a principios de los 90. Entre las obras expuestas hay piezas de Andreas Gurksy, Arthur Jafa, Anne de Vries, Antje Fels, Hito Steyerl, Joe Namy, Marie Staggat, Mark Prendergast, Otolith Group y Rebecca Salvadori.

Una proyección de diapositivas sobre los inicios del Tresor da la bienvenida a los visitantes desde una de las toscas paredes de Kraftwerk. Casi se puede percibir el olor húmedo de la fiesta, el sudor, el barniz de las caras y las bebidas con solo observar las imágenes. En diversos rincones de la planta baja se proyectan películas y documentales, y hay infinidad de material de archivo de épocas anteriores al Tresor que contribuyen en la labor de contextualización.

La primera planta, por su parte, alberga varias vitrinas de casi 20 metros de largo. Están llenas de todo lo que se ha acumulado en tres décadas de historia del club: flyers, folletos, estados de cuentas, artículos de prensa, faxes de bookings de DJ, las llaves originales de la caja fuerte, las taquillas de la antigua cámara acorazada, una maqueta de la torre Tresor…

Quizá lo más destacado de “Tresor 31” se aloja en la tercera planta: una instalación de arena de la artista holandesa Anne De Vries (Stomping Ground) recrea el antiguo club Tresor con sus ceniceros, cajas de bebidas, butacas, aseos… ¡todo esculpido en arena! Sin embargo, la puerta acorazada que se exhibe es en realidad la original del jardín –la salida de emergencia del Tresor–, pues la otra se expone actualmente en la exposición Berlín Global en Humboldt Forum.

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