Bordalo II, exponente del «trash art» en Lisboa
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Si la basura de uno puede ser el tesoro de otro, Bordalo II personifica la esencia de este proverbio. El artista callejero lisboeta es célebre por utilizar desechos para esculpir animales colosales. Creando imágenes de las víctimas con lo que las mata, su objetivo es concienciar sobre la contaminación y las especies en peligro de extinción. Con una veintena de piezas –osos, zorros, équidos, liebres, aves, felinos– salpicadas por el área metropolitana de la capital portuguesa, el «trash art» de Bordalo II, tan llamativo como sugerente, es quasi omnipresente en su ciudad natal. La misión de este autodenominado «artivista» es mostrar las consecuencias atroces del consumo desmesurado del hombre.
Bordalo II: entre el arte callejero, el reciclaje y la conciencia social
La producción y el consumismo descabellados de cosas, y la basura y el deterioro del medioambiente derivados de ellos son los temas centrales de su obra. Son esos residuos la única materia prima que Bordalo II utiliza en su proceso creativo. Esparcidas por todo el mundo, sus piezas de gran escala conforman su manifiesto particular que él aspira a convertir en universal. En su afán de promover el legado familiar, Artur Bordalo (1987) toma su nombre artístico de su abuelo, el pintor costumbrista y paisajístico Artur Real Bordalo, en cuyo estudio pasó buena parte de su niñez. Una gran influencia para él, su abuelo le enseñó que era posible ser artista, sin miedo a coger un pincel o un lápiz y empezar a crear. Aunque cueste creerlo, así fue como el grafitero ilegal preadolescente transicionó al artista de conciencia social que es en la actualidad.
Sus estudios incompletos de pintura en la Facultad de Bellas Artes de Lisboa lo acercaron a la escultura y la cerámica, y también lo empujaron a experimentar con diversos materiales en el espacio público, el escenario elegido para sus exploraciones de escala y color. Es en ese laboratorio a cielo abierto donde canaliza sus experiencias en el desarrollo de su obra artística, enfocada en cuestionar la sociedad materialista y los hábitos de consumo perniciosos. Sus animales, afectados por esa contaminación y elaborados con materiales culpables de su desaparición, evidencian la destrucción del planeta. Desde 2012, Bordalo II ha concluido unas doscientas esculturas de animales empleando para ello más de sesenta toneladas de materiales reutilizados.
«Big Trash Animals», serie distintiva
Basura, despojos, contaminación… El artista portugués plasma en sus obras una imagen de la naturaleza basada en lo que la destruye. Esos desechos, en manos de Bordalo II, se transforman en criaturas cuya vistosa estética no debe prevalecer sobre su misión divulgativa. El mensaje no es otro que despertar la empatía de quienes los observan y concienciar sobre los actos y hábitos de la sociedad. Marca de la casa es su serie legendaria «Big Trash Animals» cuyas bestias afectuosas configuradas a partir de los mismos residuos plásticos que amenazan su hábitat instan a la necesidad de la sostenibilidad socioecológica. Si «Neutral» tiende a representar animales en forma y color realistas, «Half-Half» muestra hocicos con una mitad colorista y la otra desprovista de tinta multicolor; así se aprecia mejor el origen de la materia prima escogida. Gracias a la textura y los colores, el espectador vislumbra el animal que emerge del conjunto.
La humanidad –casi siempre para mal– es una inspiración constante en la labor de Bordalo II. Una vez proyectada una idea, antes de proceder al corte, adaptación, montaje, fijación y pintura, el artista y su equipo recolectan los materiales (parachoques, chatarra, neumáticos, electrodomésticos, plásticos, latas…) en vertederos, fábricas abandonadas y empresas de gestión de residuos. Un mural puede tardar entre una y dos semanas en completarse, mientras que las esculturas suelen demandar varios meses de trabajo. En cuanto al proceso, es una mezcla de planificación e improvisación; la elección de los colores y los objetos se realiza sobre la marcha. Apelando a la empatía y mostrando la naturaleza como víctima suprema de la contaminación, Bordalo II se ha especializado en generar inquietud y malestar en pos de un indispensable cambio social.
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