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La Sala de Bóvedas del Centro de cultura contemporánea Conde Duque de Madrid acoge hasta el 16 de abril la muestra Pan y circo, un proyecto multidisciplinar que reflexiona sobre la cuestión alimentaria.

La exhibición aborda los distintos desafíos o conflictos de la alimentación en un mundo globalizado: escasez, hambre, desnutrición, obesidad, excesos, desperdicio, dumping, publicidad engañosa, contrainformación, hipocresía, problemas de salud y retos medioambientales derivados de la industria alimenticia, recursos finitos del planeta, cánones corporales asociados a la alimentación…

Pan y circo quiere concienciar (y lo consigue) acerca de la importancia del alimento y sus consecuencias para los seres que habitan el planeta y para el planeta mismo. Ya el título nos da contundentes indicios de la crítica que se nos viene encima. Procede de la locución latina panem et circenses: pan y espectáculos de circo, expresión que alude a la práctica política de ofrecer comida barata y entretenimiento al pueblo como estrategia para controlarlo y silenciarlo.

Pan y circo, una expo must see

Bien articulada a nivel multitemático y espacial, Pan y circo es una exposición accesible en la medida en que las obras se perciben y se entienden muy bien al primer golpe de vista, muchas veces sin necesidad de consultar la nota explicativa, lo cual se agradece. Una muestra cero pretenciosa que aúna crítica, protesta, estética, concienciación social y política. ¿Qué más se le puede pedir al arte?

En esta suerte de paradigma artístico, las piezas respiran, dialogan, se ceden el testigo en una carrera de relevos pausada y politemática, en la que todos los artistas participantes –e incluso el visitante– ganan. Una exhibición win-win alejada del típico galimatías del arte contemporáneo que casi nadie consigue comprender. Un análisis y reflexión que ojalá sirva para activar la búsqueda de nuevos modelos de alimentación.

Lo mejor de Pan y circo

En A mi manera la artista Estíbaliz Sádaba usa su cuerpo para criticar la imposición de un estándar corporal determinado. El vídeo proyecta la barriga de Sádaba con la palabra “DIETA” escrita sobre la piel, mientras se escucha el tarareo de “My Way”, de Frank Sinatra. Con sus manos, la artista deforma, contrae y expande su vientre para reflejar el daño físico y psicológico que una dieta infringe en cualquier cuerpo.

Dégustation UNLID (Tania Blanco) recrea un vídeo ficticio de una youtuber que degusta y opina sobre una serie de productos envasados y cargados de contenido contrainformativo, destapando así algunas de las trampas y secretos de la industria alimentaria y las políticas globales que la regulan. Los colores corporativos escogidos inducen a pensar que se está refiriendo al archiconocido supermercado discount alemán.

La videoproyección Muk-bang (Rosalía Banet) responde al fenómeno homónimo surgido en Corea y que consiste en un show. En él una persona emite en directo cómo ingiere grandes cantidades de comida rápida o ultraprocesada que puede alcanzar las ¡20 000 calorías! Con esta pieza la artista denuncia el principal problema de la sociedad actual: el exceso y la acumulación.

La mar negra (Ángel Marcos) critica la visión acostumbrada que se tiene en el Primer Mundo de los países del Tercer Mundo. También recrimina la hipocresía de los países más avanzados, de donde proceden los turistas que visitan los países subdesarrollados.

Y lo hace mediante una mesa enorme en la que hay impreso sobre cristal infinidad de platos semillenos de alimentos en un banquete que, aparentemente, ha terminado. En las paredes, fotos de personas racializadas que, probablemente, no pueden acceder tan fácil y despreocupadamente a esa comida que se va a desperdiciar.

Beyond the body (Winkler + Noah) pretende concienciar sobre las circunstancias que llevan a una persona a padecer obesidad al tiempo que muestra la belleza de cuerpos no normativos. Para ello, cuatro personas con sobrepeso exhiben su cuerpo desnudo en el que otros artistas han pintado sus historias personales, incluyendo frases como «Comía para no pensar».

Basurama es una proyección doble: un canal muestra cómo los alimentos circulan por la cinta deslizante de la caja de un supermercado, mientras que en el otro monitor se ve la cinta de transporte de desechos en una planta de separación de residuos. ¿Qué sucede en esa fina línea negra que parte ambos monitores? ¿Respuesta? Tiramos gran parte de la comida que compramos, e incluso a veces compramos directamente basura.

Teoría de la descomposición (Bene Bergado) consta de algunos platos de bronce lacados en los que hay inscritos símbolos de elementos tóxicos y radiactivos como si fueran simples motivos ornamentales. Estos platos rotos evocan la cultura del exceso actual en la que el ser humano acaba por destruir, envenenar y devorar sus propios recursos y a sí mismo.

En el vídeo monocanal In Ictu Oculi, Greta Alfaro ha dispuesto un banquete que está siendo devorado por buitres. Estas aves carroñeras, sucias, salvajes y violentas simbolizan aquí la avaricia y codicia del ser humano. La mesa termina completamente destrozada, metáforade la acción devastadora del hombre sobre el planeta.

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